miércoles, 8 de junio de 2011

El récord de Del Bosque.

Recuerden la tarde de Venezuela, noche de España del siete de junio de 2011, es decir, la noche de ayer. Porque un salmantino que fue jugador, después entrenador, seleccionador y a la vez marqués se hacía con una hazaña. Ser el hombre con más victorias de la historia de nuestro país. La marca es de récord: 44 partidos para ganar 39, empatar uno y llegar solamente a cuatro en derrotas. En un futuro sabremos donde puede llegar esta gesta, porque tiene pinta de ser larga, muy larga.
La marcha de Don (por marqués) Vicente del Bosque es de logro tras logro, de la mayor alabanza, del máximo elogio posible. El marqués campechano sabe tratar con el grupo, lo ha demostrado sobrádamente y lo demuestra en cada embite. Todo el mundo lo sabe y por eso tiene el máximo reconocimiento. Tanto en la prensa como fuera de ella. Desde calles con su nombre, acaparador de medallas de oro, pasando por consejero consultivo de la empresa de electricidad más sostenible del mundo, seleccionador del mayor logro de la historia de nuestro deporte. Hasta recibir el título de marqués por el Rey. Resolviendo el futuro de sus hijos, nietos, descendientes...
Como seleccionador ha ganado lo que nadie ha hecho. Como entrenador lo ganó todo. Pero no se ha llevado un gran recuerdo de esos éxitos. Aún siendo el club de su vida, en el que pateó el balón durante mucho tiempo. En él conquistó la Champions en dos ocasiones, la liga en otras dos, dos supercopas de Europa y España y una intercontinental. Esta frase corrobora el mal recuerdo "En el Madrid en vez de afecto me dieron palos". Y como seleccionador quiere la Eurocopa, la tercera. La que primero ganó José Villalonga en el 64 y posteriormente reconquistó Luis Aragonés.
Un sabio, el de hortaleza, que curiosamente no ha tenido el mismo reconocimiento, ni parecido siquiera al de Don Vicente del Bosque. Cierto que ha tenido desencantos con la prensa, que no ha sido del todo amable en ocasiones como debía y que el guión en el momento exigía. Que sus maneras de sacar lo mejor de los jugadores fueron puestas a debate día sí, día también. No cae simpático en un gran sector de la prensa y eso ha hecho reducir considerablemente el reconocimiento a lo que hizo. Y lo que hizo, que no es poco, es para recordar. Cambió el estilo, la ambición, el deseo, el rumbo de una selección con miedo a la derrota, incapaz de dar un paso hacia adelante en las grandes citas. La transformó en ganadora, en temible, en arrolladora. La hizo campeona de Europa después de 44 años. Tanto Don Vicente como Luis nos han hecho ser muy felices, nos han hecho sentir ganadores cuando sólo conocíamos la derrota. El marqués listo y audaz ha sabido mantener el grupo y la herencia que dejó Luis añadiendo nuevas piezas. Luis valiente como un espartano tomó decisiones que formalizaron el principio del cambio.
No pretendo desmerecer el trabajo de uno para engrandecer el del otro. Los dos han sido fantásticos y han sabido dar con la tecla en el momento adecuado. Pero futbolísticamente hablando nunca más vi jugar a la selección cómo en la Eurocopa. Recuerdo la semifinal de la euro contra Rusia como el mejor partido de la selección que he visto, un tributo al buen fútbol, al de toque, al de los bajitos técnicos que tantos tenemos en nuestro país y por los que suspiran todos los rivales. Hay varias razones que podríamos tener en cuenta para saber el porqué no hemos podido ver de nuevo ese fútbol tan habitualmente. La más significativa, la acumulación de jugadores en el centro del campo, y el punta. En un centro del campo en el que Luis sólo utilizaba un centrocampista más de recuperación que de distribución, (aún sabiendo asistir a la perfección como era Senna). Don Vicente utiliza normalmente dos en esa zona del campo. Luis utilizaba normalmente dos puntas cuando el equipo era claramente inferior, el marqués casi siempre se decanta con sólo uno. No comprendo esta situación, más incluso que la del centro del campo cuando nos enfrentamos a rivales de menor entidad, y en el que estadísticamente siempre arrollamos en posesión del balón. Aún así, estamos hablando del marqués Don Vicente del Bosque, el hombre que nos ha hecho campeones del mundo. Luis sólo nos hizo campeones de Europa y sólo cambió la dinámica de tantos y tantos años de derrotas.


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