martes, 19 de julio de 2011

La base del rendimiento: Condición física.

En el rendimiento de un deportista de élite intervienen infinidad de factores. Todos con su diferente finalidad pero que terminan siendo interdependientes para el buen funcionamiento del deportista, lo que llamamos rendimiento. Estado anímico, alimentación, costumbres, decisiones, conocimiento de sus condiciones, conocimiento de los entresijos del deporte que practica... Hay un factor que es la base de muchos y que cumple como parte fundamental del citado rendimiento, la condición física. Sin una buena preparación física, dónde interviene el preparador, todas las cualidades del deportista disminuyen y el rendimiento que se busca termina por no ser el esperado. En el fútbol lo hemos visto en infinidad de ocasiones, una preparación concienciada es la base para lograr los éxitos marcados a principio de temporada o cualquier competición que tenga que disputar a lo largo de su carrera.

En la Copa América ha tenido protagonismo directo en varios futbolistas. Ya sea por salir de una lesión o por el parón que ha tenido al finalizar su liga doméstica y comenzar el torneo más antiguo de la historia. Voy a centrarme en dos jugadores, que bien han sido importantes en el devenir de sus selecciones por ser la excepción de la regla, la creatividad del momento y por ser lo impredecible del juego. Pero que han sido víctimas de su condición, no de sus cualidades que son muchas, sino de su condición física. Paulo Henrique Ganso y el "mago" Valdivia.

Brasil y Chile quedaron eliminadas contra todo pronóstico en cuartos de final. Lo hicieron contra dos selecciones ordenadas, con ideas claras y transmitidas por dos seleccionadores que han sabido manejar los tiempos y las decisiones normalmente correctas para su conjunto. Venezuela por sorpresa y con el factor siempre polémico de la "suerte" en una segunda mitad en la que Chile pudo haber encontrado mejor premio. Pero sabiendo de sus virtudes y exprimiendolas para hacer daño en las debilidades de la selección chilena, como ha sido en todo el torneo el juego aéreo. Y Paraguay lo hizo con un santo, con un enorme Justo Villar, portero que cuando juega con su selección crece varias pulgadas y, con mayor factor suerte cómo apuntó en la rueda de prensa posterior del partido el seleccionador Tata Martino.

Las dos selecciones mostraron diferente nivel en la fase de grupos. Vimos a una selección chilena practicando el mejor juego de todo el torneo, en ocasiones vistoso pero intermitente en mi opinión. Los mejores minutos de Chile vinieron de la mano de un enlace entre el mediocampo y los atacantes, vinieron de Jorge Valdivia. Jugador que ha suplido la lesión de Mati Fernández, del que no se esperaba gran influencia en la "roja" de Borghi pero que tras la baja del mediapunta ha tenido cierto peso en la selección. Cuando Valdivia salió al verde, Chile creció, con toque, con su imaginación, haciendo de enlace excelentemente con los delanteros chilenos y siendo la excepción de la norma ofreciendo soluciones en las jugadas de ataque. Hasta aquí, creemos que con un mediapunta de estas condiciones y con delanteros que sepan desmarcarse medianamente bien, la línea defensiva tarde o temprano se diluye. Si mantienes al jugador diferente durante noventa minutos obtienes el premio del gol a base de insistencia, es cuestión de lógica. Pero si tu enlace presenta un estado físico más bien justo para la intensidad de la competición, como el caso de Valdivia, las oportunidades menguan. Puede ser atrevido afirmar que si Valdivia está para jugar los noventa minutos y no 45 como se ha podido ver, Chile habría pasado a semifinales. Pero es muy posible que disfrutaran de mejores opciones en el frente de ataque para llevarse el encuentro, es la imaginación del jugador diferente, del creativo, jugador en vías de extinción.

Brasil ha estado inmersa en mediocridad en el juego realizado en la fase de grupos. Insistiendo en la conducción de balón de los llamados a marcar la diferencia. Eclipsada por un eje en el centro del campo que no ha funcionado (Lucas Leiva-Ramires) incapaz de dar opciones de valor a sus delanteros. Hasta que entraba en escena Paulo Henrique Ganso, el enlace de la "canarinha". Cuando Ganso controlaba ya sabía donde quería enviar el esférico, ya sabe la solución que quiere dar al delantero para dejarle en ocasión manifiesta. Capaz de romper la línea defensiva con un toque sutil. Daba la sensación que si el jugador de Santos estuviera en mejores condiciones, Brasil crecía enteros. Y tanto Robinho, Neymar o Pato se aprovecharían de la situación convirtiendo el talento de Ganso en ocasiones. La calidad del jugador de apenas 21 años está fuera de toda duda. Pero la condición física demostrada en el torneo no ha sido la óptima para desequilibrar con más soltura, le ha pesado en el rendimiento y como en el caso de Jorge Valdivia su selección lo ha sufrido. Por ser los jugadores diferentes, por ser los jugadores abonados a lo impredecible.

Lo fácil es decir que Villar, la fatalidad de los penaltis o el estado del césped del estadio de La Plata (lamentable por cierto) eliminó a Brasil o la suerte a Chile. No es excusa, las selecciones de peso que han quedado eliminadas deberán hacer una valoración de lo ocurrido y encontrar respuestas y soluciones. Solución que han tenido dentro de los 23 citados, o del once normalmente y el estado físico ha sido relevante en el porvenir de estas dos selecciones. La condición física de Ganso y Valdivia, la creación y la inteligencia, la diferencia y el talento. Todo quedó mermado por su físico que está ligado al rendimiento. Sin condición no hay resultado.



1 comentario:

  1. Obviamente siempre se nota cuando tu mejor jugador de la zona media no está en forma.

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