jueves, 2 de febrero de 2012

A Ricky le ha llegado.

"Ya te llegará a tí." Y se marchó sin más. La frase resulta familiar, diría que la he escuchado infinidad de veces. No me equivoco, en realidad es una de esas frases "comodín" que la utilizan o utilizamos en cualquier contexto o situación. Al principio no le prestas atención, te lo dijeron tus padres a menudo, muy a menudo. Y recuerdas una de esas situaciones. Mi hermano, el mediano de tres hermanos, vio como me marchaba hasta altas horas de la tarde-noche muy frecuentemente. La frase apareció, cómo no, para darle un ápice de esperanza.

El que escribe comprobó hace poco la última aparición de esta frase en sus propias carnes. Resulta que no he parado de ver como amigos y compañeros entraban en un estado de atontamiento crítico, un estado en el que lo catalogaban de magnífico y aseguraban sentirse con fuerzas para cualquier propósito o reto que se propusieran. Yo fui reticente, en principio, a creerme semejante cambio de estado en tan pocos meses. Y me equivoqué. Un día te levantas y te das cuenta que estás compartiendo tu vida con la persona ideal y que las fuerzas que te transmite dan para cualquier reto, no importa cuál, y que el apoyo es tan grande que te lanzarías al vacío. Llega a menudo sin darte cuenta. A mí que me ha llegado considero que esa estabilidad es fantástica y el contexto, maravilloso.

"Ya te llegará a tí." Imagino que es lo que dijeron a Ricky Rubio cuando, con tan solo 14 años, debutaba en la ACB. Seguramente le insistieron con la frase comodín cuando conoció a Michael Jordan primero y a Larry Bird después siendo un niño imberbe.



La frase cogió cuerpo cuando Ricky destrozaba récords de precocidad en cada competición que disputaba, Supercopa, Copa del Rey, ACB, Euroliga y en la selección, como en Pekin, cuando recogía la medalla de plata olímpica convirtiendose en el jugador más jóven de la historia en hacerse con ella. El base español no paró de coleccionar elogios antes de su llegada a la NBA, como también ha recopilado críticas que argumentaban dudas con respecto a su rendimiento en la liga más importante del planeta.

Ricky no hizo caso, él tenía claro la frase que le han repetido durante tanto tiempo. Siguió con el mismo objetivo de siempre, llegar. Siguió jugando, dejando a unos indiferentes y a otros maravillados. Hasta que llega el día que demuestra que todo lo que ha conseguido en Europa quedará pequeño ahora. Ya que su idilio con el juego de la NBA es correspondido, ha encontrado a la pareja que  le da fuerzas para cualquier reto. Esa estabilidad tan agradecida en el mejor contexto posible.

Su verdadera carrera empieza el 17 de diciembre de 2011 cuando debuta con Minnesota Timberwolves. Ahora sigue coleccionando elogios de las estrellas de la NBA y premios al mejor novato del mes de la mejor liga del mundo. A muchos nos ha sorprendido, pero como nos dijeron alguna vez "Ya le llegará". Y a Ricky le ha llegado.





1 comentario:

  1. No me esperaba el rotundo triunfo de Ricky en la NBA, por lo menos no tan pronto. El estilo americano se le acopla muy bien, y además el cambio de mentalidad es evidente, se nota que lo trabajaron bien antes del gran debut. A ver si sigue así, siempre es positivo que gente de fuera de los USA triunfe para cambiar la mentalidad tan cerrada que tienen allí, donde siempre ponen a los suyos por encima del resto

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