Culebrón Agüero.

23 de mayo, el Kun cuelga un comunicado en su página web en el que dice que se marcha, coge la puerta y anuncia su adiós del Atlético. La noticia cae como una bomba en el seno rojiblanco y sobretodo en la directiva del club, una directiva que contaba con su estrella para la planificación de la temporada siguiente. Los medios prosiguen con su rumorología rumbo al Real Madrid, rumores que han surgido prácticamente desde su primer año de titular con la elástica rojiblanca. Se sabe que el entorno del jugador es el que aconseja al argentino a la hora de comparecer en prensa. Por partes, o estos señores que suponemos son los familiares más cercanos y los representantes del jugador son realmente nefastos aconsejando o hay algo que se escapa en las fases que ha seguido el Kun Agüero, sobretodo a finales de temporada para marcharse de la entidad. Miramos hacia atrás sólo 3 semanas del comunicado, 5 de mayo. El jugador asegura en los medios que seguirá en el Atlético hasta 2014, que es feliz y no tiene intención de marcharse. Cuando un jugador se quiere marchar no lo medita de la noche a la mañana, lo lleva meditando durante tiempo. Entiendo el enfado de los seguidores, sienten que se les ha engañado y ninguneado, razón no les falta. A las pruebas me remito, Sergio ha actuado mal y parece que quiera agravarlo. Se entiende perfectamente que Agüero quiera nuevos desafíos a la altura de su calidad futbolística. El club actual le ofrece inestabilidad permanente, conformidad de resultados y le desmantela proyecto tras proyecto. Es normal, el Kun quiere pisar champions cada año, es jugador por el que pagar una entrada. El Atlético se le quedó pequeño y es de manual progresar deportivamente. Pero lo que no se entiende son sus palabras cada vez que coge el micrófono. Cada vez más insistentes: "lo dejé bien claro al club, quiero negociar con el equipo que sea, sin condicionamientos". Hasta amenaza: "Gil Marín no va a elegir el equipo en el que yo voy a jugar" luego lo acompaña con el discurso sabido de memoria durante estos días, "dije que cuando me quisiera marchar lo diría y ese momento ha llegado". Gil Marín se remite a la cláusula, actitud totalmente en su derecho. El contrato del jugador se firmó el año pasado, que no olvide el Kun que con subida de salario pactada y con cláusula de rescisión también pactada que bajaba de 60 millones de euros a los 45 actuales. Agüero debe entender que se le fichó en 2006 por 23 millones de euros con tan sólo 17 años. Era una apuesta muy arriesgada y cara, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del club. El nombre y el cartel que tiene se lo ha ganado vistiendo la rojiblanca, y debe de estar agradecido al club. Por lo tanto el Atlético está en su derecho de remitirse exclusivamente a la cláusula y poner las trabas necesarias para que no fiche por su enemigo público número 1, el Madrid. Esto también lo ha de entender. Cuesta aceptar que no se de cuenta de lo que significaría para la afición que le ha mimado desde su llegada que vistiera la camiseta blanca, cuando viene de Independiente. ¿Qué pensaría un hincha del rojo viéndolo con la camiseta de Racing de Avellaneda?

El culebrón tiene pinta de ser interminable. Agüero quiere jugar en España y ya cierra la puerta a su club actual. Destino blanco es lo que se apunta. Un Madrid dirigido por Mou que ha asegurado que tanto Higuaín como Benzema son intransferibles. El jefe lo dice y esa aclaración cierra puertas al Kun. El Barcelona negocia por Rossi y Villa entra en su segundo año, delantero que ha mejorado los registros de Ibrahimovic y por el que apostó Guardiola. La decisión y la cabezonería me parece precipitada, sobretodo en las formas. Y ojo, porque el Calderón empieza a no contemplar un paso atrás, la sentencia ya está firmada.

Follow @Guillecoliseo10