martes, 20 de septiembre de 2011

Campeones de Europa...reseteando memoria.

Lo han vuelto hacer y ya son muchas. Vuelven a probar las mieles de la victoria, como en el 2009 o como en el 2006, cuando se proclamaban campeones del mundo y conseguían la medalla de oro. Medalla que nos diferencia de los demás y nos cataloga como los mejores de toda Europa hoy y, del mundo, en aquél 2006. Los jugadores son prácticamente los mismos, cierto que han salido algunos para dejar paso a otros. Pero la columna vertebral de la España del domingo, de la campeona de Europa, es la misma que la del primer oro. Por ello se merecen todos los elogios del mundo, el máximo reconocimiento, las mejores crónicas, los mejores reportajes, el mejor sitio en el telediario, la mejor portada en el periódico deportivo... Lo merecen todo y, aun así, el reconocimiento que tuvieron al término del europeo, después del oro, y los elogios que habrán en un futuro, sabrán a poco, a muy poco, lo creo con total convencimiento.

La hemos visto ganar a todos los rivales, quitando la empanada monumental del último cuarto ante Turquía, dos escasos puntos en él, que nos hizo perder el único partido. España ganó a Polonia (83-78), a Portugal (87-73), a Gran Bretaña (86-69), a Lituania (91-79), a Alemania (77-68), a Serbia (84-59), a Francia (69-96) en la que repetiríamos en la final por un contundente (98-85), a Eslovenia (86-64) y a Macedonia (92-80). A simple vista, nos parece un gran campeonato en el que España ha barrido cuando ha tenido que hacerlo y ha jugado como los ángeles, en momentos decisivos. La realidad es ésa, que España ha hecho un enorme campeonato y ha conseguido ser campeona de Europa. Pero durante el transcurso del campeonato, como depredadores buscando la presa más preciada, hemos esperado cualquier momento de duda, para correr ríos de tinta criticando a la selección.

Hemos puesto en el paredón infinitas veces a Scariolo, por sus rotaciones, por la repartición de minutos de los bases, porque dejaba mucho a Pau en pista, por no saber gestionar las jugadas. Hemos hablado de lo mal que ha estado Ricky, del poco poder anotador del base, de si no asistía ni anotaba porqué jugaba tanto... De si Ibaka no estaba metido en el equipo, de la poca confianza del congoleño. Todos han tenido su ración de crítica, unas con fundamento, otras sin él. Nos hemos inmerso en infinidad de debates, en ocasiones nada constructivos, de la selección de baloncesto. Sin embargo, ellos, y cuando digo ellos, digo desde el cuerpo técnico, Scariolo, hasta todos los integrantes de la selección española, han dejado en balde todas las críticas, las han difuminado, eliminado y convertido en elogios.

Nos han hecho cambiar de pensamiento con juego trepidante, con un MVP superior, digno del mejor jugador europeo en mucho tiempo, con buena defensa, con tapones soberbios, con vuelos espléndidos (Mode Air Plane de Ibaka), con calidad y con puntos, con muchos puntos que han hecho levantar el campeonato de Europa.


Ahora, toca meditar, no debemos de caer en la crítica fácil, porque ellos, los Pau, Navarro, Marc, Calderón, Ibaka, Rudy, Ricky, Reyes, Claver, Sada, Llull y San Emeterio se merecen que tengamos confianza ciega. Ellos se lo han ganado. Están en lo más alto y por ello mi mayor de los reconocimientos es resetear toda mi memoria buscando eliminar cualquier crítica. En el horizonte, espera otra gesta, los juegos olímpicos de 2012. Unos juegos que podrán perder o ganar, pero la confianza y el respeto ya se la han ganado.

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